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Opinión

TODO TIEMPO PASADO FUE MEJOR

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Decir que todo tiempo pasado fue mejor, aplica para el periodismo que se vio y escuchó en los noticieros de televisión de los años 80 y 90, aunque los sucesos no eran positivos ni halagadores, existían formatos muy bueno y excelentes periodistas.

www.canicaradio.com quiso evocar estos tiempos y replica un escrito a manera de relato crónico que hizo la periodista Arritokieta Pimentel Irigoyen.

 

El Noticiero Nacional, que se quedó en la memoria de los colombianos

Llegábamos a la redacción con audífonos y enchufados como los muchachos de hoy en día. Claro, pero no con un celular, ni con un Iphone. Era un radio pequeño donde sintonizábamos las noticias de la mañana. Las emisoras radiales eran nuestras principales aliadas. Y así, un equipo conformado por periodistas como Oscar Galvis, Vicente Silva, Carmelo Castilla, Luis Alejandro Medina, Carmenza Jiménez, Diana Sofía Giraldo, Adriana Ayala, Hernán Estupiñán, Lucho Parra, Chucho Martínez, Margaret Ojalvo, Alejandra Balcázar, Diana Sigüenza, Any velasco y Oscar Ritoré, (por lo menos en la época que yo viví), se hacía  Consejo de Redacción

Con los Directores Javier Ayala y Gabriel Ortiz y el jefe de Redacción Daniel Coronell, planteábamos los temas y sobre todo, lo que nos contaba la gente que llamaba al teléfono rojo del noticiero para hacer sus denuncias. Otro invento más. Era una redacción que yo consideré siempre como una ‘piña’. No importaba quién tuviera la noticia, el hecho era tenerla. Y con corresponsales en Barranquilla como Esmeralda Ariza; en Cartagena, Mabel Vargas; en Cali, Pilar Hung; en Medellín, Félix de Bedout, en Bucaramanga Marcela Durán, el Noticiero Nacional cumplía su misión. Ser un noticiero de toda Colombia. Lo de los nombres raros de los periodistas, jamás fue buscado. Fue fruto de una casualidad que se volvió genial, ya que la gente identificaba perfectamente al responsable de los informes. Fuimos además motivo de burla en Sábados Felices (programa al cual le agradezco) que hacía la pantomima del Noticiero Nacional todos los sábados y me imitaban con el seudónimo de “Estése quieta su Mercé”  junto con otro periodista: “Caramelo de Vainilla”.

A Gabriel Ortiz, uno de los directores, se le ocurrió un día la idea del viajero.  Logró que un Renault nueve cubierto de calcomanías con los símbolos del noticiero, llegara a los sitios más inhóspitos de nuestro país, para hacer crónicas positivas en los territorios más violentos. La intención radicaba en poder evidenciar que en nuestra nación, a pesar de las adversidades, la gente siempre ha salido adelante.

Era una época brillante. En el set estaban Max Henríquez “El hombre de los meteoros”, como lo bautizó José, el propio José Fernández Gómez y Adolfo Pérez. Expresiones como la cosa política, el costalado de noticias deportivas, venían de la genialidad de José Fernández que abría siempre el Noticiero diciendo: -“Buenas, Buenas. Los periodistas del Noticiero Nacional y su vocero José Fernández Gómez les contamos lo qué está sucediendo”-.

Y así con una redacción de periodistas comprometidos bajo la batuta de Javier, Gabriel y Daniel, este informativo logró el rating de Nielsen más alto en la historia colombiana. Recuerdo que estaba anotado en una hoja rayada amarilla que Javier Ayala pegaba en la pared donde estaba ubicada la redacción, con el fin de  animarnos más en esa misión de ser reporteros.

Estoy hablando de la época de los noventa tiempo en el cual fuimos testigos de sucesos como los asesinatos de los candidatos presidenciales, la bomba del DAS, la bomba en el avión de Avianca, de la persecución a Pablo Escobar y todo el cartel, de la guerra del Golfo Pérsico…”

Un tiempo convulsionado donde como reporteros llegábamos a los aeropuertos con el material en casetes de tres cuartos para enviarlos recomendados con pasajeros  o con el propio piloto. Época de las microondas donde se llegaba a las oficinas de Telecom y desde allí se enviaba el material noticioso. No teníamos celulares. A duras penas llegamos al bíper o radio teléfono. A veces desde cabinas telefónicas o desde la casa de un buen vecino nos comunicábamos o simplemente no lo hacíamos y llegábamos corriendo al noticiero donde todos, incluidos los directores y jefe de redacción, vivían la adrenalina de la reportería.

El símbolo más querido era el Viajero del Noticiero Nacional, que cubrió hasta vueltas a España, cuando los escarabajos con la camiseta del Café de Colombia conquistaban el mundo con sus triunfos y enorgullecían a un país ávido, en esa época, de noticias positivas. Nos rotábamos y sacábamos de esa gente querida las más espectaculares historias y crónicas. Nunca me voy a olvidar de la historia de Hernán Estupiñán que reunió a Matilde Lina y al maestro Leandro Díaz para recrear, de manera periodística, la leyenda de este vallenato: “Matilde Lina”. Se ganó el premio Simón Bolívar.

Cuando Daniel Coronell pasó toda una noche con los pensionados del Seguro Social para mostrar los turnos y las colas extenuantes que hombres y mujeres de la tercera edad tenían que hacer para cobrar su mesada. También se ganó el Simón Bolívar. Yo la vaciada del Director del Seguro pues me enviaron a cubrir su reacción a ese informe que aún guardo en la memoria por su  seriedad  y humanismo ; el regaño fue monumental. O cuando tumbaron al general Manuel Antonio Noriega en Panamá, preocupados por Diana Sofía Giraldo, pero más preocupados para que pudiéramos rescatar su material periodístico. Era valiente, arriesgada y sobre todo muy buena periodista.

Recuerdo con nostalgia esos recorridos por las inundaciones en Córdoba, en Antioquia, siendo testigo de la desgracia de los damnificados, escenas que hoy en día también se repiten. O el viajero atravesando la marcha campesina en los Llanos Orientales, como si este carro, reconocido por todos, fuera la garantía de unos y otros. También motivo de retenciones por parte de grupos ilegales pero esa es otra historia…

O cuando íbamos a los barrios y escuchábamos a la comunidad. Recuerdo que en Barranquilla pusimos una línea telefónica a disposición para que la gente se comunicara y nos contara sus historias, denuncias, etc.  Carmelo Castilla contestó y en el otro lado le dijeron: -“¡En un barrio de Barranquilla hay un perro que habla!”-. Por supuesto jocosamente Carmelo se lo contó a Gabriel Ortiz y el director le contestó: -“Tiene que ir, qué tal que le hable a otro noticiero”-. Lo afirmó tan serio, que aún seguimos pensando si estaba hablando de verdad o nos estaba tomando del pelo, pues él se caracterizaba por su buen sentido del humor

Cubrir la guerra del Golfo Pérsico con Néstor Morales, quien llegó como periodista para ese entonces,  fue genial. Teníamos la antena parabólica donde se bajaban las imágenes del satélite. Aprendimos a conocer a Sadam Hussein, a los misiles  Scud, todo en imágenes. Fue un cubrimiento de reportería –digámoslo- televisivo.

Fue original también Roberto Tovar que cubrió por primera vez la llegada de las ballenas jorobadas en el Pacífico o sus crónicas de los murciélagos, era el primer periodista -considero yo- medio ambiental que hubo en Colombia, y que logró realizar crónicas tan reales que un día salió hasta perseguido por abejas.

Uno de los momentos más impactantes y fuertes,  fue el día del asesinato de Luis Carlos Galán. La mayoría de la redacción incluido José Fernández Gómez se había trasladado a Barranquilla para cubrir el partido de la Selección Colombia. Estamos hablando de la época de Maturana,  el equipo de Higuita, el Pibe y Rincón. Carmelo Castilla y Daniel Coronell, se quedaron en Bogotá con Javier Ayala. Nos enteramos de la infausta noticia en Barranquilla. A las nueve  y treinta de la noche recuerdo que Javier Ayala estaba sentado en el set dando la primicia mundial. Chucho Calderón que había trabajado en el noticiero estaba en la campaña de Galán y le entregó a Carmelo Castilla el video. Fue desgarrador.

Trabajar en el Nacional fue toda una grandeza. Era un grupo de reporteros que reaccionaba en equipo .Cuando caía la noche empezaba la acción. Había expectativa en la reunión de los tres para saber la continuidad del noticiero ¿Qué noticia abre? Y luego de develar la continuidad, Javier Ayala empezaba a escribir el libreto. Jamás me olvidaré del retumbar de las teclas de la máquina de escribir y de ese tic de romper papel y llevárselo a la boca, en la medida que iba escribiendo contra el tiempo las entradas de José. Luego de esta faena sacaba la pipa y recorría la redacción con una sonrisa de satisfacción: -“tenemos un buen informativo hoy”-. No les quiero contar qué ocurría cuando esto no pasaba o cuando nos ‘chiviaban’, es decir, que la competencia tenía algo exclusivo y nosotros no. Creo que sería mejor que se lo preguntaran a él.

Gabriel Ortiz se remangaba la camisa y todos los periodistas en el cuarto de edición con Humberto Huertas, nuestro editor, rogando para que no le quitaran minutos a cada una de las notas periodísticas. Y con habilidad Gabriel empezaba a recortar, porque los minutos en  televisión eran valiosos y la idea era que aparecieran todas las noticias. Manejaba la máquina editora y se dedicaba a ‘capar’ minutos como él decía. Hoy me divierte recordar esos momentos donde todos le gritábamos: -“¡¡¡Noooo!!!”-.

Y se montaba la ‘torta’, o sea los tres bloques del noticiero. Eran tres casetes de tres cuartos con el material que se rodaba en Inravisión. A las nueve en punto, salía en una moto el hombre encargado de llevar este material para la emisión de las 9 y media de la noche. Hoy con los trancones no lo hubiéramos logrado. Además, hoy se emite desde el estudio  ¡Imagínense donde esa moto no llegara a Inravisión! Por supuesto, con una noticia de última hora nos dirigíamos directamente allí.

Jamás dijimos nada sin comprobarlo. Era el lema de una buena dirección. Tan estrictos eran Javier, Gabriel y Daniel que sin una fuente fiable no publicaban nada. Había que estar en el lugar y comprobar. Eran jornadas a veces eternas, de mucha paciencia, para conseguir la noticia. Además no había internet. El ‘Wikipedia’ de entonces eran las fuentes reales, los historiadores, los propios autores de libros, los expertos en vivo y en directo. Y las redes sociales eran las voces de la gente que aparecía noche tras noche en un noticiero que permitía que la gente común y corriente expresara su sentir y su opinión.

Todos estábamos comprometidos con la causa. Los camarógrafos Germán Palma, como dirían de él ‘el maestro de todos’, Hollman Maldonado, Carlos Mario Rodríguez, Carlos Castellanos, Jesús Calderón, Jaime Patrón, Fernando Rincón, Luis Enrique Peralta, Frank López, Hugo Ruiz, Pedro Tibocha, y muchos que transitaron, fieles acompañantes en el cubrimiento permanente. Fue una época gloriosa, por lo menos para mí. A todos ellos y a, los que por olvidadiza no mencioné en esta crónica, mis respetos por este gran grupo que siempre consideraré mis colegas del alma.

Arritokieta Pimentel, Noticiero Nacional

 

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¿Por qué los perros viven menos que las personas?

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Una familia que vivía feliz, atribuía 13 años de alegrías a su mascota, una labrador a la que solo le faltaba hablar.

La mascota con más de una década de compañía en esta familia, era consentida y amada por propios y extraños que solían llegar de visita a esta casa.

Un día Batuta, como era el nombre de la mascota, enfermó y ya no era la misma que alegraba con sus juegos, sus ladridos o con el solo movimiento de su cola.

Fue tanta la preocupación y la tristeza de todos en casa, que determinaron llevarla al médico de animales para que le hiciera minuciosos chequeos.

Al llegar al hospital canino, la familia estaba sumida en un hondo silencio a causa de la preocupación, todos solo esperaban un milagro, pues habían notado que Batuta cada vez estaba más decaída y triste.

Luego de una prolongada espera, aparece el veterinario y les dice:

– “Examiné a Batuta y debo confesarles que su situación es delicada, su mascota está sufriendo de cáncer y no se puede hacer nada…”

Unos minutos después, el médico de animales autoriza el ingreso de toda la familia a la sala donde descansa Batuta.

Ésta al verlos mueve la cola como diciéndoles les agradezco su preocupación,

El niño Pedro parecía tan tranquilo, acariciando al animal por última vez, y con sus mejillas bañadas de lágrimas, alzo su carita y le preguntó al veterinario:

– “¿Doctor, Batuta entiende lo que está pasando?

No hubo respuesta de parte del médico, fue entonces cuando la cabeza de Batuta se tornó más pesada entre las pequeñas manos de Pedrito, quien la sostenía, y Batuta cayó pacíficamente en un profundo sueño del que no despertó nunca más.

El niño, aunque lloroso, parecía aceptar la realidad sin dificultad.

Y fue cuando un interrogante de la mamá de Pedrito irrumpió el silencio:

– ¿Por qué la vida de los perros es más corta que la de los seres humanos?

– ′′Yo sé por qué». Aseguró el niño…

Y con seguridad en sus palabras dijo:

– «La gente viene al mundo para aprender a vivir una buena vida, como amar a los demás todo el tiempo y ser buenas personas, pero los perros ya nacen sabiendo hacer todo esto, no tienen que vivir por tanto tiempo como nosotros. ¿Entienden?”.

Moraleja…

Si un perro fuera tu maestro, aprenderías cosas como estas:

* Cuando tus seres queridos lleguen a casa, siempre corre para saludarlos.

* Nunca dejes pasar la oportunidad para salir a pasear.

* Permite que la experiencia del aire fresco y del viento en tu cara sea de puro éxtasis

* Toma siestas, descansa.

* Estírate bien antes de levantarte.

* Corre, salta y juega diariamente.

* Evita ′′morder′′ cuando con solo un gruñido sería suficiente.

* En un clima muy caliente, bebe mucha agua y acuéstate bajo la sombra de un árbol frondoso.

* Cuando estés feliz, baila moviendo todo tu cuerpo.

* Disfruta de las cosas simples y de una larga caminata.

* Sé fiel.

* Nunca pretendas ser algo que no eres. Se auténtico.

* Si lo que quieres, está ′′enterrado», búscalo, persiste hasta encontrarlo.

* Y nunca olvides: Cuando alguien esté teniendo un mal día, quédate en silencio, siéntate cerca y suavemente hazlo sentir que estás allí.

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Opinión

SALARIO MÍNIMO

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Jaime Honorio González / columnista invitado

(Replicado con autorización – 2palabras.co)

¿Sabe cuánto es el salario mínimo exactamente?

No vaya a google. Cierre los ojos y acuérdese de la cifra. Independientemente de si acierta o no, es bueno que sepa que casi 11 millones de colombianos ganan mensualmente esa plata o menos. Y con eso mantienen a sus familias.

La pelea no es contra los ricos. Es más, creería que todos le apuntamos a un día serlo. La pelea es contra esta desigualdad que cada vez se nota más, a cada momento se manifiesta, todos los días se evidencia, en las esquinas, en las aceras, en las afueras, bajo los puentes, en los semáforos, en los paraderos, en las ciudades, en los campos, en las playas. Y en muchas casas.

A todos nos falta algo, todos siempre queremos un poquito más, pero en demasiados hogares en Colombia hay hambre, no hay 3 comidas, a veces ni una. Y eso que el hambre, a veces, suele ser el menor de los problemas. Pero, bueno, no nos desviemos.

Hagamos cuentas: un salario mínimo son $877.803 más 102.854 de subsidio de transporte, son 980.657 pesos para el mes. En la negociación, los representantes de los trabajadores arrancarán pidiendo un millón de sueldo y 120 mil de subsidio de transporte, un aumento integral cercano al 14 por ciento. No hay la menor posibilidad de que eso pase.

Algunos analistas económicos hablan de prudencia, de responsabilidad, y entonces proponen un aumento del 2 o el 3 por ciento, máximo. O sea, como 30 mil pesos mensuales, como mil pesos diarios. Un aumento de mil pesos diarios. País miserable.

A esa mesa de concertación va el ministro de Trabajo, el representante de los empresarios y los jefes de los sindicatos, todos tan llenos de buenas intenciones, impregnados del espíritu navideño que los lleva a soñar con un mejor porvenir, con un próspero 2021, hasta que los va cogiendo el fin de año y la realidad los aterriza de un solo golpe: o aceptan lo que el Gobierno dice o se fija por decreto. Y listo.

En el más evidente Gobierno de los empresarios, la contraparte en esa mesa serán los sindicatos, tan necesarios para esta democracia pero tan ausentes de la vida nacional, débiles, automarginados, presentes en los paros y desintonizados de la realidad, no la de ellos sino la de todos, tan obsoletos que solo aparecen el 1º de mayo en la misma marcha de siempre, blandiendo las mismas pancartas de siempre, pintando las mismas consignas de siempre; ah, y en diciembre a negociar un salario que ni ellos se ganan. Porque los jefes de los sindicatos ganan mucho más del mínimo.

Así que mejor no nos fijemos grandes expectativas. Los pobres estarán más pobres y Colombia seguirá andando rapidito la autopista de la desigualdad, cada vez mayor. Miren esta cifra, que no es poca cosa ni es cosa de hoy: hace 5 años, el 10 por ciento de la población colombiana se quedaba con el 45 por ciento de los ingresos de todo el país. El asunto ha venido mejorando, para ese 10 por ciento, debo aclararlo, porque a finales del año pasado ya se quedaba con casi el 50 por ciento. Es decir, la mitad de los ingresos de todo un país (World Inequality Database). Hay peores en este subcontinente, pero que ese no sea el consuelo o vamos a terminar al nivel de Haití.

O de Venezuela, de donde siguen llegando paisanos. Este país bien pobre y recibiendo más pobres que nosotros, el tuerto guiando al ciego, o un ciego llevando a otro, quién sabe.

En medio de estas pobrezas, Colombia ha permitido la entrada de millones de pobres, casi desposeídos que huyen de Maduro (que ya está podrido) buscando algo de comer, aunque sea una oportunidad, un lugar medio seguro, uno donde aspirar o -al menos- donde guardar una esperanza.

Alguien comentaba sobre la cantidad de robos y asaltos protagonizada por venezolanos y la respuesta de algún desprevenido fue: se vinieron porque allá ni siquiera había a quién robar. Nada que agregar.

Llegaron al país donde los bancos ganaron en pandemia 4,6 billones de pesos. Me parece bien que los bancos ganen pero siempre es que estamos un poco desiguales. Miren Ustedes, en esta época -donde todos pidieron solidaridad y muchos fueron solidarios- la banca nacional apoyó la situación con plazos, no más. Solo plazos, a nadie le condonaron un peso de intereses o de capital de alguna deuda o de un sobregiro o de una cuota, no señor. Ni un solo peso. ¿Plazo? Sí, claro, por pandemia no lo vamos a llamar a cobrarle pero ahí le vamos acumulando.

Sí, yo sé que nadie tiene por qué regalar su plata si no quiere pero pues como estábamos hablando de solidaridad y esas cosas, pues de pronto, ¿no?

No señor, 4,6 billones de pesos de ganancias. No está mal para este país de pobres.

Somos pobres del bolsillo, pero también -muchas veces- de mente. Lavamos nuestras culpas con unas cuantas monedas en cada semáforo y hemos caído en esa nueva solidaridad del click, esa ayudadera sólo a lo que va por tuiter o por facebook, esa solidaridad virtual que nos envuelve cada vez que buscamos un mejor país en las redes y terminamos encontrando una cloaca o un muro de la infamia.

No es que seamos los más fríos o los más indiferentes o los más insolidarios. No. Todos tratamos de ser mejores personas. Pero es que tampoco nos ayudamos.

Hace unos días, unos genios financieros propusieron rebajar el salario mínimo. Es para reactivar la economía. Es para reducir el desempleo. Claro, todos deben ganar varios salarios mínimos al mes. Así es fácil. Es que ni pena les da.

Igual, nada cambiará. Los pobres seguirán siéndolo cada vez más en este país de estratos, ahora preocupado por el técnico de la selección. Solo falta que pongan al bolillo.

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Un grito de desesperación

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NACIÓN | 100% Opinión. Tras la vil y humillante tortura que desencadenó en la muerte de Javier Ordoñez, un abogado girardoteño, padre de dos hijos menores de edad, quien fue vilmente agredido por dos agentes de la Policía Metropolitana de Bogotá, las expresiones de rechazo e indignación no se hicieron esperar…

 “¡Ya por favor!, ¡Ya no más, por Favor!,

Un grito de desesperación

Por: Ismael Perdomo Jr.*

“Porque sí, con nuestro dinero se pagaron los voltios que se descargaron en el cuerpo de Javier mientras suplicaba repetidamente a los uniformados que, por favor, por piedad, se detuvieran.”

Hoy amanecí, después de una semana pesada de trabajo en la universidad y una noche de poco sueño, hirviendo en colera. La ira me consumió desde dentro a la vez que mi corazón se desplomaba, como ya es de costumbre con este gobierno, al ver la noticia esta mañana del asesinato de un hombre a manos de uniformados en la noche de ayer en Bogotá. Y es que sencillamente la indignación crece y crece y el encierro reprime las ansias de gritar al cielo y llorar los muertos de mi tierra, de nuestra tierra, y me siento cada vez más impotente.

Vídeo tomado de Semana.com

En noviembre del año pasado, en el glorioso 21N, estudiantes, profesores, indígenas, obreros, trabajadoras sexuales y demás estábamos unidos en el unísono del grito de desesperación que pedía justicia, clemencia y respeto. Ahora, se hace de nuevo, tal vez incluso más necesario, que todos nos unamos para que los cimientos de la Casa de Nariño tiemblen con los brincos de les jóvenes y los tambores que anuncian el cambio que se avecina. Porque no solo fue Javier Ordoñez, también fueron los jóvenes del cañaduzal, las más de 50 masacres en lo que va del año, el asesinato de líderes y lideresas sociales y las mujeres y miembros de la comunidad trans que vilmente han sido asesinados bajo la mirada de un gobierno que ignora y continua adelante.

En los días que viene la narrativa tradicional de la derecha se reproducirá. Aún falta conocer el parte médico forense, pero, bien sea que se concluya que Javier murió por asfixia mecánica o por la excesiva descarga eléctrica, todo ello no serán más que pretextos y adornos para concluir que lo asesinaron y que el arma fue el abuso policial. Incluso si la presencia de la policía en la escena del crimen era justificable, lo que nunca va a ser justificable es querer, poniendo en tela de juicio la integridad personal de la víctima asesinada, desestimar su valor como persona y establecerlo como un cuerpo eliminable, una persona matable. “Ay, pero ¿y si estaba haciendo algo malo? Por algo lo matan a uno ¿no?” … ¡Patrañas! Lo que queda aquí en tela de juicio es la calidad institucional de la Policía y su capacidad de responder, debidamente, a las funciones para las que fue, en principio, pensada y para las que con impuestos les pagamos. Porque sí, con nuestro dinero se pagaron los voltios que se descargaron en el cuerpo de Javier mientras suplicaba repetidamente a los uniformados que, por favor, por piedad, se detuvieran.

Finalmente, tenemos que evaluar las falencias institucionales de la Policía, pero también del Esmad, del Ejercito y demás entes que concentran el poder del monopolio estatal de la fuerza. No podemos, y repito, no podemos darnos el lujo de tener instituciones fallidas, que se dejen llevar por prejuicios morales, deseos carnales, odios personales y demás. Porque cuando use uniforme se actúa en calidad de tal, no lo hace como civil y, por tanto, debe actuar diferente. Porque el asesinato de Dylan Cruz fue terrorismo de Estado. Porque este gobierno se muestra indolente frente a las duras pruebas que vive nuestro país mientras que abre nuestras arcas a empresas extranjeras porque primero va la familia. Deleznable.

*Estudiante de Ciencias Políticas Universidad de los Andes

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Nacidos en Armero

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Por Rodrigo Ariza (armerita) / editor general

NACIÓN l 100% Historia.  La desaparición de Armero, llamada “Ciudad Blanca de Colombia” por ser el municipio mayor productor de algodón, se convierte en la tragedia natural más importante del país.

Aquella noche de aquel miércoles 13 de noviembre de 1985, mientras muchos dormían, el Volcán-Nevado del Ruiz despertaba de un sueño que según se afirma duró 100 años.

Esta avalancha de lodo, piedras, azufre, árboles, que  tomó por sorpresa a los pobladores del casco urbano, en menos de 40 minutos arrasó con uno de los municipios más prósperos de Colombia, no se ha podido precisar el número de victimas fatales ni mucho menos las perdidas materiales se han cuantificado, lo que si se puede asegurar es que más de 25 mil personas perdieron la vida por la omisión del Gobierno de Belisario Betancur Cuartas al no haber hecho caso a las advertencias de los organismos vulcanológicos que desde septiembre venían hablando de la aparición de los primeros indicios de una actividad volcánica en El Ruiz.

Y es la actividad volcánica la que produce recalentamiento al interior del volcán ocasionando el deshielo de las nieves que perpetuaban la cima del nevado, sitio donde nace el Rio Lagunilla; el deshielo incrementó el cause, el lecho del río al no poder contener las aguas se represó y ocasionó lo que 35 años después siguen lamentando los nacidos, los criados y los descendientes de armeritas.

Fueron momentos trágicos y de horror, quienes vivieron esta pesadilla no han podido olvidar la angustia de niños, jóvenes y adultos que clamaban ayuda para no morir entre el lodo aprisionados quizás por paredes, postes o por inmensas rocas. Omaira Sánchez no fue la única que ofrendo su vida sin entender lo que sucedía, también lo hicieron miles de personas que vivieron en una ciudad que tenía todo lo que necesitan los seres humanos para ser felices, y lo que no tenía seguro que llegaría con el tesón, el empuje y el amor de todos por este terruño…

El próximo mes de noviembre se conmemora el aniversario número 35 de esta tragedia, tres décadas y media y nada han hecho los gobiernos para mitigar la problemática social, laboral y económica de los más de 30 mil sobrevivientes.

En estos 35 años han pasado ocho presidentes por la Casa de Nariño: Belisario Betancur Cuartas, Virgilio Barco Vargas, César Augusto Gaviria Trujillo, Ernesto Samper Pizano, Andrés Pastrana Arango, Álvaro Uribe Vélez, Juan Manuel Santos Calderón y el actual Iván Duque Márquez, todos ellos solo han dejado salir de sus labios elocuentes discursos, promesas incumplidas y retoricas mentiras que han sumido a la región en el olvido y el subdesarrollo. No se piden limosnas, ni dadivas por votos, se espera que se dé cumplimiento a los principios legales ganados como comunidad afectada por catástrofe natural que demanda cuidados, atención y apoyo gubernamental.

Se ha hablado mucho y se ha hecho nada, no se crearon las empresas que generarían empleos, ni los préstamos para los emprendedores, ni las viviendas dignas, ni exención de impuestos, ni atención de calidad en salud, ni educación con énfasis acordes a las necesidades, ni el parque a la vida, ni los subsidios por perdida de propiedades, ni el capital semilla para los empresarios que lo perdieron todo, nada de lo hablado se ha cumplido. Y en cambio, los sobrevivientes de Armero han tenido que soportar tratamientos de quinta categoría, han sido condenados a perder sus raíces, su idiosincrasia, sus costumbres y hasta su identidad, y es que los armeritas fueron obligados a aceptar que en su documento de identidad no apareciera nacido en Armero, sino nacido en Armero Guayabal esta disposición se hizo en el año 2.000 cuando aparece el diseño del documento con hologramas.

Para los armeritas no ha cesado la horrible noche, no se han podido acostumbrar al destierro y al tener que habitar poblados donde no son bien recibidos a pesar de demostrar su casta y su verraquera, el ir por caminos andados y ocupar lugares prestados nunca lo imaginaron, menos si en sus recuerdos están vivas las imágenes de lo que se tuvo y se perdió por la negligencia de un presidente y sus subalternos inhumanos e incapaces para hacer el bien.

¿Treinta y cinco años después que piden los armeritas?

Es poco lo que se puede hacer para reparar todo el daño causado, son muchos los sobrevivientes de la tragedia que ya se han ido a mejor vida, hombres y mujeres que soñaron con regresar al terruño que los vio nacer y con sus propias manos hubieran querido levantar sus viviendas, dejando el sudor sobre sus ropas, y felices quizás tarareando la canción de Silva y Villalba “Viejo Tolima” o silbando “Señorial Armero Señorial” el himno a Armero que hiciera José Barros. Y es que los gobiernos no han entendido que esas tierras tienen dueños y aunque no todos tengan escrituras, les pertenece los valles y montañas que conforman el municipio, es por eso que han clamado que se les de el apoyo para hacer los estudios de conveniencia y factibilidad para volver a habitar su tierra, que se les acompañe para construir sus casas y se les otorgue nuevamente el título de -Nacidos en Armero- en sus documentos de identidad.

No es justo y es hasta vergonzoso que, con tantos terrenos baldíos, inutilizados y sin importancia que tiene la región tolimense, hayan escogido las tierras de Armero para construir un relleno sanitario, ¿es que acaso desconocen la realidad de estos botaderos de desperdicios?, ¿es que no saben que los rellenos sanitarios están abolidos en todo el mundo y por lo tanto se deben construir plantas de tratamiento de desperdicios sólidos?, ¿no saben que los rellenos sanitarios no crecen hacia arriba o hacia abajo sino hacia los lados y en menos de 10 años los recuerdos de quienes perdieron allí la vida van a ser tapados por las basuras de muchos municipios? 

Dios permita que el haber llegado al aniversario treinta y cinco sea el génesis para una mejor vida de quienes tienen que ver con Armero y que no siga significando el éxodo de las nuevas generaciones que van por el mundo en búsqueda de la tierra prometida, sabiendo que sus raíces están demarcadas en un terreno en el que fluyó leche y miel, la misma tierra que en el futuro puede ser un emporio turístico-religioso, empresarial y modelo de ciudad.

No son veinte, ni cien, son miles los armeritas que aún en pie, gritan que están vivos y cuerdos para luchar y reclamar que se les reconozca sus derechos y se les de el trato que les negaron por tres décadas y media; hombres y mujeres de cuatro generaciones que esperan que llegue el momento en que puedan regresar a su añorado ARMERO.

Este ha sido otro aporte para los miles de seguidores de www.canicaradio.com en el mundo, esperamos que descarguen en su celular la App de Play Store y continúen disfrutando de una excelente emisora.

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Opinión

Un aparente buen negocio puede quitarle la tranquilidad…

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Rodrigo Ariza / editor

REGIÓN l Denuncia.   Como medio de información, hoy queremos dedicar este espacio a señalar un presunto fraude que se presenta con ofertas en finca raíz en un proyecto denominado San Francisco Campestre ubicado en el corregimiento de Doima en el municipio de Piedras Tolima, donde al parecer varias personas ilusionadas por tener una propiedad campestre, invirtieron y no les han respondido.

Existen empresas que basadas en imágenes proyectadas de lo que pudiera ser un atractivo negocio, comienzan ventas sobre planos, esta vez con promesas de alta valorización, esparcimiento, seguridad, descanso y naturaleza se ofrece propiedades a quienes sueñan con vivir lejos de la ciudad; esta empresa constructora y comercializadora ha comenzado la captación de dineros a personas interesadas.

LA DENUNCIA que llega a la redacción de este medio y que hacemos pública con el único propósito -que no le pase a otros-, la hace un reconocido abogado tolimense, quien nos pide reservar su nombre para no entorpecer las investigaciones y los fines jurídicos adelantados, manifiesta el jurista haber adquirido una propiedad dentro de este proyecto y al no sentirse satisfecho por irregularidades observadas, decide no continuar con la adquisición, solicita el dinero entregado y a la fecha la comercializadora no le entrega la cantidad de 34 millones de pesos.

El abogado trató de conciliar y también ha procurado recuperar su dinero, pero las directivas de este proyecto no han sido serias y legales en el reembolso de los 34.000.000 de pesos.

“La espera ha sido larga y los plazos ya están vencidos para que ellos me entreguen lo que les di, y la situación actual me obliga a reclamar por las vías legales lo que me pertenece, sin más atenuantes ni prórrogas” enfatizó el abogado. 

Esta denuncia no es por ilegalidad en los permisos ni en los planos de construcción, ni tampoco en las licencias de ejecución de obras dentro del plan de ordenamiento del municipio de Piedras, esta denuncia es por la demora en el reembolso del dinero que le pertenece al abogado quien nos hace llegar este caso que lo perjudica, quien le entregó a las directivas del proyecto, la nada despreciable suma de 34 millones de pesos.

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LA LECCIÒN.

Los seres humanos estamos hechos de sueños, ilusiones y pensamientos de vida y progreso, soñamos siempre con ser y estar mejor, vivir de acuerdo a los preceptos que rige la cultura del consumismo, y siempre queremos tener lo mejor para nuestra familia, es por ellos y para ellos que trabajamos para lograr cristalizar esos objetivos de progreso.

EL CONSUMISMO nos ha marcado una línea bien definida: el que vende y el que compra. 

Aunque muchas veces las condiciones son otras: el que PAGA y el que APROVECHA; aquí debemos señalar, que no siempre se da que el que ofrece cumple y el que adquiere queda satisfecho.

En la mayoría de los negocios de dudoso comportamiento, el que ofrece piensa en cómo adquirir el dinero de los incautos y se llena sus arcas con el producido del que desea adquirir el bien, el producto o el servicio.

Algunas personas al interesarse por un producto o servicio y asumen la calidad de consumidores, adoptan el importante título de clientes y de inmediato quedan amparados por la leyes colombianas y cuentan con la protección de La Superintendencia de Industria y Comercio, Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, Boletín del consumidor. 

Como aporte adicional, www.canicaradio.com les sugiere tener en cuenta estas entidades para posibles inconvenientes al ejercer como consumidores o compradores:

Superintendencia Financiera. Conmutador: (571) 594 02 00 – 594 02 01

Peticiones, quejas y reclamos relacionados con el servicio financiero y asegurador. bancos, instituciones financieras, compañías de financiamiento comercial, compañías de seguros, etc.

Superintendencia de Servicios Públicos Domiciliarios. PBX: (571) 6013005

Peticiones, quejas y reclamos relacionados con los servicios públicos domiciliarios. Agua y alcantarillado, gas y energía eléctrica.

Superintendencia Nacional de Salud.         PBX: (571) 7442000

Peticiones, quejas y reclamos relacionados con los servicios de salud.

Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos INVIMA.

Línea Gratuita: 01 8000 122220

Peticiones, quejas y reclamos relacionadas con la calidad, seguridad y publicidad de medicamentos, productos biológicos, alimentos, bebidas, cosméticos, dispositivos y elementos médico quirúrgicos, odontológicos, productos naturales, homeopáticos y los generados por la biotecnología, productos de aseo, higiene y limpieza, así como los plaguicidas de uso doméstico.

Superintendencia de Puertos y Transporte.     Línea Gratuita 018000 915615

Peticiones, quejas y reclamos relacionados con los servicios de transporte público.

Ministerio de Comercio, Industria y Turismo.      PBX: (571) 4199450

Peticiones, quejas y reclamos relacionados con los servicios de turismo.

Comisión Nacional de Televisión.     PBX: (571) 7957000

PQRs relacionados con los servicios y programación de televisión.

www.canicaradio.com Informa, recrea y forma.

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