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Opinión

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Por Rodrigo Ariza R.

Belisario Antonio Betancur Cuartas nació en Amagá Antioquia Colombia, el 4 de febrero de 1923, es abogado, escritor y político conservador.
Llego a la presidencia de Colombia en el periodo comprendido entre 1982 y 1986.

Fue durante su gobierno cuando dos sucesos lamentables ocurrieron en el país, enlutando a miles de familias colombianas y otros dos mostraron la falta de gobernabilidad de este mandatario.
1. El miércoles 6 y jueves 7 de noviembre de 1985 ocurrió la Toma del Palacio de Justicia a manos de un comando del grupo guerrillero M-19. Este grupo subversivo quería revocar el poder de Belisario y hacerle un juicio público acusado de traición. Belisario se negó a negociar con el grupo guerrillero y ordenó al ejército recuperar el palacio a fuego y sangre.

2. El miércoles 13 de noviembre de 1985, ocho días después de la toma del palacio de justicia, el volcán nevado del Ruíz hizo erupción borrando del mapa a la ciudad de Armero Tolima. La avalancha producida por el deshielo del nevado y que incrementó los causes del Rio Lagunilla y otros afluentes, se hubiera podido evitar, pero la ineficiencia del gobierno de Belisario y su gabinete determinó esperar a ver que sucedía y luego se miraba que se hacía con los que salieran vivos de esta tragedia. El resultado en pérdidas humanas fue de más de 25 mil habitantes del casco urbano y la culpabilidad y responsabilidad del gobierno de Belisario al no presionar y no creer necesaria la evacuación de los armeritas.

3. También Belisario Betancur Cuartas es responsable de la inopia en la que quedaron sumidos los armeritas, al colocar a Pedro Gómez Barrero en la gerencia de Resurgir, empresa creada para administrar los dineros aportados por los países solidarios, y que en ultimas se volvieron capital del urbanizador Gómez.

4. En 1974, Colombia fue elegida por la FIFA para organizar el Mundial de fútbol de 1986, a lo que Belisario, en un discurso de 99 palabras, renunció a la sede de la Copa Mundo, argumentando la imposibilidad de atender las exigencias de la Federación Internacional de Fútbol Asociado.

Hoy jueves 5 de diciembre de 2018, en horas de la tarde una noticia salida del Twitter de la vicepresidenta de Colombia, Martha Lucia Ramírez, anunciaba la muerte de Belisario Betancur Cuartas en su lecho de enfermo en la Fundación Santa Fe en la capital de la república; horas más tarde la misma del error lo estaba rectificando, el ex presidente no ha muerto. Y bueno fuera que antes de abandonar este mundo, explicara muchas situaciones de su gobierno, situaciones que han empobrecido y entristecido a miles de familiares de quienes desaparecieron en la Toma del Palacio de Justicia y en la Tragedia de Armero, sucesos ocurridos en 1985 durante su gobierno.

Los armeritas que soportaron el dolor y la angustia por la pérdida de seres queridos, hacen plegarias por la pronta recuperación del ex mandatario y que ojalá Dios le permita hablar de lo ha callado durante estos últimos 33 años…
Puede suceder que a sus 95 años recobre la lucidez y recuerde lo sucedido durante su gobierno.

Opinión

SE NOS QUIEREN METER AL RANCHO

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Pablo Andrés Castro C. / Concejal Chía

Columnista invitado

CANICA News │ Opinión. En Colombia desde la misma promulgación de la Constitución Política en el artículo 313 quedó establecido que es competencia de los municipios y distritos a través de sus Concejos reglamentar los usos del suelo, esto es, definir la ordenación del territorio, competencia que ha sido ratificada y reglamentada de manera prolija desde la misma Ley 388 de 1997, encontrando conceptos tan claros como el contenido en la ley 1454 de 2011 que expresa que el ordenamiento territorial es un instrumento de planificación y de gestión de las entidades territoriales y un proceso de construcción colectiva de país, que se da de manera progresiva, gradual y flexible, con responsabilidad fiscal, tendiente a lograr una adecuada organización político administrativa del Estado en el territorio, para facilitar el desarrollo institucional, el fortalecimiento de la identidad cultural y el desarrollo territorial, entendido este como desarrollo económicamente competitivo, socialmente justo, ambientalmente y fiscalmente sostenible, regionalmente armónico, culturalmente pertinente, atendiendo a la diversidad cultural y físico-geográfica de Colombia.

Es importante reiterar que la ordenación del territorio es una competencia de los Concejos Municipales a través de los instrumentos de planeación encontrando dentro de ellos, unos de vital importancia como lo son los Planes de Ordenamiento Territorial cuya aprobación y adopción es competencia exclusiva de estas Corporaciones.

En esencia un Plan de Ordenamiento Territorial (POT) es el instrumento básico para desarrollar el proceso de ordenamiento del territorio municipal siendo definido como el conjunto de objetivos, directrices, políticas, estrategias, metas, programas, actuaciones y normas adoptadas para orientar y administrar el desarrollo físico del territorio y la utilización del suelo.

Hasta ahí, vamos bien, sin embargo, en el municipio de Chía y en los municipios de la Sabana Centro vemos como desde el orden nacional y desde el orden regional/departamental e incluso el local se quieren quebrantar y esquilmar esas funciones y facultades respecto del Ordenamiento Territorial que son solo de los Concejos Municipales.

Caso Primero.

Con la Modificación del artículo 325 Superior, se expidió una muy discutible Ley Orgánica que es la 2199 que en su artículo 14 disciplina “El Plan Estratégico y de ordenamiento de la Región Metropolitana, y los lineamientos para la ocupación del territorio constituyen norma de superior jerarquía en la jurisdicción regional, en lo que se refiere al desarrollo de los hechos metropolitanos. En este sentido, y sin perjuicio de su autonomía territorial, los municipios deberán adecuar y ajustar sus planes de ordenamiento territorial, y demás instrumentos de planificación; también, se deberán tener en cuenta en los planes de desarrollo”.

Esto significa que esta obligación que se impone solo a los municipios que decidan hacer parte de esta institución -no al departamento de Cundinamarca ni al Distrito Capital de Bogotá- implica de manera invariable que será desde lo regional quienes le indicarán a los Municipios en qué sentidos deben formular sus POT atendiendo las directrices del Plan Estratégico y de ordenamiento de la Región Metropolitana, en últimas los municipios y sus Concejos pierden esa facultad de definir qué pasa en el territorio debiendo limitarse solo a hacer caso.

Caso Segundo.

El día 27 de diciembre de 2023 el alcalde Luis Carlos Segura ad portas de entregar el solio municipal sancionó el Decreto 369 aduciendo cumplir con lo establecido en el Decreto Departamental 171 de 2023 expedido por el gobernador de aquel entonces Nicolás García, en el cual se generan unos trazados viales en sectores rurales/veredales generando una clasificación de red de carreteras de segundo orden en dos tipos: Troncales y Colectoras.

Aquí debemos hacer algunas advertencias, la primera es que se modificó el uso del suelo, léase de adelantó una modificación a la ordenación del territorio sin que tal decisión fuera tomada por el ente competente como lo es el Concejo Municipal.

Una segunda consideración es que ese Decreto 369 de 2023 se hace modificando el Decreto 32 de 2015, siendo este gazapo muy importante de advertir toda vez que es una norma que se expidió estando en vigencia el POT de primera generación, es decir, el Acuerdo 17 de 2000, el cual fue derogado por el POT de segunda generación que fue Acuerdo 100 de 2016. Como es de conocimiento público este último Acuerdo fue demandado y mediante una medida cautelar se encuentra suspendido desde el año 2019 sin que haya aún hoy un Sentencia de fondo. Esa suspensión hizo que en el entretanto de su fallo final volviera a tener vigencia el ya citado Acuerdo 17.

La pregunta es, qué pasa si no es declarada la nulidad del Acuerdo 100 y vuelve por tanto a tener vigencia, hablando de la interpretación de la Ley en el tiempo, se presentaría un serio problema jurídico pues ese Decreto 369 de 2023 -discutible o no en su procedencia de competencia- sería una norma de menor jerarquía expedida con posterioridad.

En últimas, la ligereza del alcalde Segura hace que se vulnere la autonomía territorial del municipio pasando/atropellando la competencia constitucional del Concejo y generando un futuro problema de aplicación de la norma, esto sin perjuicio, de los evidentes perjuicios que se generarían en caso de adelantar esas obras tanto al medio ambiente, a la propiedad privada y al Resguardo Indígena Muisca de Fonquetá y Cerca de Piedra.

Caso Tercero.

El Ministerio de Agricultura emitió una Resolución que declara una zona de protección para la producción de alimentos en la Sabana Centro.

Tal zona de protección conocida como APPA fue delimitada con base en unas planchas desactualizadas que incluso cobijan sectores ya consolidados urbanísticamente en el Municipio de Chía.

Como resulta obvio, se está modificando mediante restricción el uso del suelo, esto es, que se está modificando mediante un acto administrativo del Ministerio el POT de Chía y se está cercenando la competencia exclusiva del Concejo Municipal para modificar la ordenación de territorio.

Conclusión.

Como resulta obvio desde los distintos órdenes -el nacional, el departamental e incluso el local- se pretende modificar nuestro territorio abrogándose funciones y competencias que no les corresponden, es hora de concitar a los Concejos Municipales de nuestra Provincia de Sabana Centro y buscar que se respete tanto la autonomía territorial local como las funciones naturales de estos.

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CLAMOR POR LO ESENCIAL NO MÁS POLARIZACIÓN NI AGRESIVIDAD EN LA POLÍTICA

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Pablo Andrés Castro C. / concejal Chía

Columnista invitado

100% Noticias │ OPINIÓN. Hace unos meses en una conversación privada con un expresidente del Congreso de la República, hablando entre muchos temas se tocó el tema del futuro presidencial del país, ante mi parecer de la necesidad de acabar con la polarización Uribe–Petro y la oportuna llegada de una candidatura contundente de centro real, me increpó que no era una posición democrática, pues según él la esencia era la de tener un partido de gobierno y uno de oposición y que en su parecer una coalición de centro era una abierta contradicción con tal esencia, que afectaría a la Institucionalidad. Por unos días lo valoré y hasta pensé en su pertinencia, pero lo seguí valorando.

Han pasado los meses, pero la realidad de la calle, y la realidad política han sido dinámicas, muy dinámicas, han salido a la luz pública las denominadas coaliciones, pactos y movimientos, que no son otra cosa que la reacción a la intención del desmarque de esas figuras de polarización y en otros casos de mostrarse como una forma distinta de hacer política o de ser los mismos, pero con otro marketing más provechoso.

Antes de continuar, si creo que es muy importante poner de presente dos temas, el primero, es que si bien la Constitución Política de 1991 sin duda con la mejor intención de los Constituyentes se quiso implementar un Estado Liberal, respetuoso y garantista de Derechos, sin embargo a imagen y semejanza de sus humanos redactores no fue infalible ni perfecta, menos aun cuando somos tristemente un país en el que se parte de la base que las normas son para quebrarlas y para “hacerles la vuelta”; y segundo, que como consecuencia de lo anterior, se han venido mezclando de manera trágica, reformas al Sistema Electoral con visión de corto plazo, intereses individuales –antes caudillistas tapados-, la negación a la coherencia ideológica –siendo hoy reemplazada por una camaleónica justificación libertina-, la multiplicación de empresas electorales avasalladoras con la misma velocidad pero con la excusa de la globalización, aunado esto a dos factores magnificadores: uno, la apatía natural por el descontento, y dos, las falsas tribunas terriblemente influenciadoras de las redes sociales.

Pero continuando con el discurrir de los días y de la realidad, nos encontramos con una columna escrita en el diario El Espectador el 5 de enero del corriente año por Pablo Felipe Robledo, ex superintendente de industria y comercio, en la cual reconoce los tristes resultados del gobierno Duque y en el que concluye que la resistencia frente al hoy precandidato Petro no reside en que se muestre como de Izquierda ideológica sino en lo que él representa por sí mismo como persona, adicionando una crítica que compartimos, no solo en cuanto a Petro sino en relación a otros candidatos, partidos y movimientos, en cuanto a que si ya se sabe quién va a ganar una consulta interna popular por una mayoría muy predecible, solo deviene en una precampaña oculta pero pública patrocinada con el erario -es decir por todos los ciudadanos- aun cuando no haya restitución por reposición de votos.

Luego, una reconocida periodista del país como lo es María Jimena Dussan, escribe una columna en El País intitulada “Los Juegos del miedo en Colombia”, el día 11 de enero de este mismo año, en la cual después de afirmar que, por el miedo, como lo rotula, la mayoría votó por Duque, hace un triste balance del gobierno de este último, concluyendo que la política no puede seguir siendo estúpida y lamentable y que el gran miedo debe ser que no pase nada, como en este cuatrienio.

Hoy, yo después de estas breves reflexiones, si creo que debe marcharse frente a lo básico, esto es, que debemos reformar el rumbo pero con unas reglas claras de respeto por los derechos y la pluralidad, debemos elegir la estabilidad del país, nombrar la opción de paz, equilibrio social y control efectivo a la corrupción, el narcotráfico, el contrabando y la minería ilegal, garantizar la defensa de los Derechos de todos siendo valorados tanto las minorías como las tradiciones con las herramientas naturales del Estado, llevar al poder a quién garantice tanto la empresa privada como los derechos de los menos favorecidos con medidas efectivas.

Así las cosas, en el parecer de este humilde ciudadano no deberían elegirse a ninguno de los que han generado polarización ni a los que han dividido a la ciudadanía en buenos y malos según su parecer, pues somos un solo pueblo que debemos marchar para el mismo lado, ni tampoco a quienes desde discursos populistas pretenden incursionar en la política con el mismo tipo de discursos de división y agresividad. En últimas, sí creo en una posición de centro que en cualquier caso de llegar a la presidencia, siempre tendrá oposición, en ejercicio de la estructura democrática.

El Partido Liberal, Partido Conservador y el Partido Comunista como históricos del país y sin necesidad de estar unidos en su ideología, deberían atender este clamor de evitar a toda costa su unión o apoyo a quiénes nos polarizan.

PS. Era muy interesante el retorno del Nuevo Liberalismo y las ideas de Galán, Lara y toda esa interesante generación, pero el interés personalista de una dinastía que ha vivido toda la vida del Estado se sobrepuso al interés general en abierta negación a lo que encarnaban seguramente aquellos.

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¿Por qué los perros viven menos que las personas?

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Una familia que vivía feliz, atribuía 13 años de alegrías a su mascota, una labrador a la que solo le faltaba hablar.

La mascota con más de una década de compañía en esta familia, era consentida y amada por propios y extraños que solían llegar de visita a esta casa.

Un día Batuta, como era el nombre de la mascota, enfermó y ya no era la misma que alegraba con sus juegos, sus ladridos o con el solo movimiento de su cola.

Fue tanta la preocupación y la tristeza de todos en casa, que determinaron llevarla al médico de animales para que le hiciera minuciosos chequeos.

Al llegar al hospital canino, la familia estaba sumida en un hondo silencio a causa de la preocupación, todos solo esperaban un milagro, pues habían notado que Batuta cada vez estaba más decaída y triste.

Luego de una prolongada espera, aparece el veterinario y les dice:

– “Examiné a Batuta y debo confesarles que su situación es delicada, su mascota está sufriendo de cáncer y no se puede hacer nada…”

Unos minutos después, el médico de animales autoriza el ingreso de toda la familia a la sala donde descansa Batuta.

Ésta al verlos mueve la cola como diciéndoles les agradezco su preocupación,

El niño Pedro parecía tan tranquilo, acariciando al animal por última vez, y con sus mejillas bañadas de lágrimas, alzo su carita y le preguntó al veterinario:

– “¿Doctor, Batuta entiende lo que está pasando?

No hubo respuesta de parte del médico, fue entonces cuando la cabeza de Batuta se tornó más pesada entre las pequeñas manos de Pedrito, quien la sostenía, y Batuta cayó pacíficamente en un profundo sueño del que no despertó nunca más.

El niño, aunque lloroso, parecía aceptar la realidad sin dificultad.

Y fue cuando un interrogante de la mamá de Pedrito irrumpió el silencio:

– ¿Por qué la vida de los perros es más corta que la de los seres humanos?

– ′′Yo sé por qué». Aseguró el niño…

Y con seguridad en sus palabras dijo:

– «La gente viene al mundo para aprender a vivir una buena vida, como amar a los demás todo el tiempo y ser buenas personas, pero los perros ya nacen sabiendo hacer todo esto, no tienen que vivir por tanto tiempo como nosotros. ¿Entienden?”.

Moraleja…

Si un perro fuera tu maestro, aprenderías cosas como estas:

* Cuando tus seres queridos lleguen a casa, siempre corre para saludarlos.

* Nunca dejes pasar la oportunidad para salir a pasear.

* Permite que la experiencia del aire fresco y del viento en tu cara sea de puro éxtasis

* Toma siestas, descansa.

* Estírate bien antes de levantarte.

* Corre, salta y juega diariamente.

* Evita ′′morder′′ cuando con solo un gruñido sería suficiente.

* En un clima muy caliente, bebe mucha agua y acuéstate bajo la sombra de un árbol frondoso.

* Cuando estés feliz, baila moviendo todo tu cuerpo.

* Disfruta de las cosas simples y de una larga caminata.

* Sé fiel.

* Nunca pretendas ser algo que no eres. Se auténtico.

* Si lo que quieres, está ′′enterrado», búscalo, persiste hasta encontrarlo.

* Y nunca olvides: Cuando alguien esté teniendo un mal día, quédate en silencio, siéntate cerca y suavemente hazlo sentir que estás allí.

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SALARIO MÍNIMO

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Jaime Honorio González / columnista invitado

(Replicado con autorización – 2palabras.co)

¿Sabe cuánto es el salario mínimo exactamente?

No vaya a google. Cierre los ojos y acuérdese de la cifra. Independientemente de si acierta o no, es bueno que sepa que casi 11 millones de colombianos ganan mensualmente esa plata o menos. Y con eso mantienen a sus familias.

La pelea no es contra los ricos. Es más, creería que todos le apuntamos a un día serlo. La pelea es contra esta desigualdad que cada vez se nota más, a cada momento se manifiesta, todos los días se evidencia, en las esquinas, en las aceras, en las afueras, bajo los puentes, en los semáforos, en los paraderos, en las ciudades, en los campos, en las playas. Y en muchas casas.

A todos nos falta algo, todos siempre queremos un poquito más, pero en demasiados hogares en Colombia hay hambre, no hay 3 comidas, a veces ni una. Y eso que el hambre, a veces, suele ser el menor de los problemas. Pero, bueno, no nos desviemos.

Hagamos cuentas: un salario mínimo son $877.803 más 102.854 de subsidio de transporte, son 980.657 pesos para el mes. En la negociación, los representantes de los trabajadores arrancarán pidiendo un millón de sueldo y 120 mil de subsidio de transporte, un aumento integral cercano al 14 por ciento. No hay la menor posibilidad de que eso pase.

Algunos analistas económicos hablan de prudencia, de responsabilidad, y entonces proponen un aumento del 2 o el 3 por ciento, máximo. O sea, como 30 mil pesos mensuales, como mil pesos diarios. Un aumento de mil pesos diarios. País miserable.

A esa mesa de concertación va el ministro de Trabajo, el representante de los empresarios y los jefes de los sindicatos, todos tan llenos de buenas intenciones, impregnados del espíritu navideño que los lleva a soñar con un mejor porvenir, con un próspero 2021, hasta que los va cogiendo el fin de año y la realidad los aterriza de un solo golpe: o aceptan lo que el Gobierno dice o se fija por decreto. Y listo.

En el más evidente Gobierno de los empresarios, la contraparte en esa mesa serán los sindicatos, tan necesarios para esta democracia pero tan ausentes de la vida nacional, débiles, automarginados, presentes en los paros y desintonizados de la realidad, no la de ellos sino la de todos, tan obsoletos que solo aparecen el 1º de mayo en la misma marcha de siempre, blandiendo las mismas pancartas de siempre, pintando las mismas consignas de siempre; ah, y en diciembre a negociar un salario que ni ellos se ganan. Porque los jefes de los sindicatos ganan mucho más del mínimo.

Así que mejor no nos fijemos grandes expectativas. Los pobres estarán más pobres y Colombia seguirá andando rapidito la autopista de la desigualdad, cada vez mayor. Miren esta cifra, que no es poca cosa ni es cosa de hoy: hace 5 años, el 10 por ciento de la población colombiana se quedaba con el 45 por ciento de los ingresos de todo el país. El asunto ha venido mejorando, para ese 10 por ciento, debo aclararlo, porque a finales del año pasado ya se quedaba con casi el 50 por ciento. Es decir, la mitad de los ingresos de todo un país (World Inequality Database). Hay peores en este subcontinente, pero que ese no sea el consuelo o vamos a terminar al nivel de Haití.

O de Venezuela, de donde siguen llegando paisanos. Este país bien pobre y recibiendo más pobres que nosotros, el tuerto guiando al ciego, o un ciego llevando a otro, quién sabe.

En medio de estas pobrezas, Colombia ha permitido la entrada de millones de pobres, casi desposeídos que huyen de Maduro (que ya está podrido) buscando algo de comer, aunque sea una oportunidad, un lugar medio seguro, uno donde aspirar o -al menos- donde guardar una esperanza.

Alguien comentaba sobre la cantidad de robos y asaltos protagonizada por venezolanos y la respuesta de algún desprevenido fue: se vinieron porque allá ni siquiera había a quién robar. Nada que agregar.

Llegaron al país donde los bancos ganaron en pandemia 4,6 billones de pesos. Me parece bien que los bancos ganen pero siempre es que estamos un poco desiguales. Miren Ustedes, en esta época -donde todos pidieron solidaridad y muchos fueron solidarios- la banca nacional apoyó la situación con plazos, no más. Solo plazos, a nadie le condonaron un peso de intereses o de capital de alguna deuda o de un sobregiro o de una cuota, no señor. Ni un solo peso. ¿Plazo? Sí, claro, por pandemia no lo vamos a llamar a cobrarle pero ahí le vamos acumulando.

Sí, yo sé que nadie tiene por qué regalar su plata si no quiere pero pues como estábamos hablando de solidaridad y esas cosas, pues de pronto, ¿no?

No señor, 4,6 billones de pesos de ganancias. No está mal para este país de pobres.

Somos pobres del bolsillo, pero también -muchas veces- de mente. Lavamos nuestras culpas con unas cuantas monedas en cada semáforo y hemos caído en esa nueva solidaridad del click, esa ayudadera sólo a lo que va por tuiter o por facebook, esa solidaridad virtual que nos envuelve cada vez que buscamos un mejor país en las redes y terminamos encontrando una cloaca o un muro de la infamia.

No es que seamos los más fríos o los más indiferentes o los más insolidarios. No. Todos tratamos de ser mejores personas. Pero es que tampoco nos ayudamos.

Hace unos días, unos genios financieros propusieron rebajar el salario mínimo. Es para reactivar la economía. Es para reducir el desempleo. Claro, todos deben ganar varios salarios mínimos al mes. Así es fácil. Es que ni pena les da.

Igual, nada cambiará. Los pobres seguirán siéndolo cada vez más en este país de estratos, ahora preocupado por el técnico de la selección. Solo falta que pongan al bolillo.

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Un grito de desesperación

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NACIÓN | 100% Opinión. Tras la vil y humillante tortura que desencadenó en la muerte de Javier Ordoñez, un abogado girardoteño, padre de dos hijos menores de edad, quien fue vilmente agredido por dos agentes de la Policía Metropolitana de Bogotá, las expresiones de rechazo e indignación no se hicieron esperar…

 “¡Ya por favor!, ¡Ya no más, por Favor!,

Un grito de desesperación

Por: Ismael Perdomo Jr.*

“Porque sí, con nuestro dinero se pagaron los voltios que se descargaron en el cuerpo de Javier mientras suplicaba repetidamente a los uniformados que, por favor, por piedad, se detuvieran.”

Hoy amanecí, después de una semana pesada de trabajo en la universidad y una noche de poco sueño, hirviendo en colera. La ira me consumió desde dentro a la vez que mi corazón se desplomaba, como ya es de costumbre con este gobierno, al ver la noticia esta mañana del asesinato de un hombre a manos de uniformados en la noche de ayer en Bogotá. Y es que sencillamente la indignación crece y crece y el encierro reprime las ansias de gritar al cielo y llorar los muertos de mi tierra, de nuestra tierra, y me siento cada vez más impotente.

Vídeo tomado de Semana.com

En noviembre del año pasado, en el glorioso 21N, estudiantes, profesores, indígenas, obreros, trabajadoras sexuales y demás estábamos unidos en el unísono del grito de desesperación que pedía justicia, clemencia y respeto. Ahora, se hace de nuevo, tal vez incluso más necesario, que todos nos unamos para que los cimientos de la Casa de Nariño tiemblen con los brincos de les jóvenes y los tambores que anuncian el cambio que se avecina. Porque no solo fue Javier Ordoñez, también fueron los jóvenes del cañaduzal, las más de 50 masacres en lo que va del año, el asesinato de líderes y lideresas sociales y las mujeres y miembros de la comunidad trans que vilmente han sido asesinados bajo la mirada de un gobierno que ignora y continua adelante.

En los días que viene la narrativa tradicional de la derecha se reproducirá. Aún falta conocer el parte médico forense, pero, bien sea que se concluya que Javier murió por asfixia mecánica o por la excesiva descarga eléctrica, todo ello no serán más que pretextos y adornos para concluir que lo asesinaron y que el arma fue el abuso policial. Incluso si la presencia de la policía en la escena del crimen era justificable, lo que nunca va a ser justificable es querer, poniendo en tela de juicio la integridad personal de la víctima asesinada, desestimar su valor como persona y establecerlo como un cuerpo eliminable, una persona matable. “Ay, pero ¿y si estaba haciendo algo malo? Por algo lo matan a uno ¿no?” … ¡Patrañas! Lo que queda aquí en tela de juicio es la calidad institucional de la Policía y su capacidad de responder, debidamente, a las funciones para las que fue, en principio, pensada y para las que con impuestos les pagamos. Porque sí, con nuestro dinero se pagaron los voltios que se descargaron en el cuerpo de Javier mientras suplicaba repetidamente a los uniformados que, por favor, por piedad, se detuvieran.

Finalmente, tenemos que evaluar las falencias institucionales de la Policía, pero también del Esmad, del Ejercito y demás entes que concentran el poder del monopolio estatal de la fuerza. No podemos, y repito, no podemos darnos el lujo de tener instituciones fallidas, que se dejen llevar por prejuicios morales, deseos carnales, odios personales y demás. Porque cuando use uniforme se actúa en calidad de tal, no lo hace como civil y, por tanto, debe actuar diferente. Porque el asesinato de Dylan Cruz fue terrorismo de Estado. Porque este gobierno se muestra indolente frente a las duras pruebas que vive nuestro país mientras que abre nuestras arcas a empresas extranjeras porque primero va la familia. Deleznable.

*Estudiante de Ciencias Políticas Universidad de los Andes

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