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Opinión

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Por Óscar Barreto Quiroga / Columnista Invitado

REGIÓN |Opinión. Una nueva “forma de lucha” como alguna vez definió las Farc, el secuestro o la extorsión, que obviamente produce un daño igual o mayor, porque nada bueno queda de una mentira que corre y corre, dando razón a alguno de los ítems de la teoría de comunicación de Joseph Goebbels, ministro de Propaganda del Tercer Reich, quien definió a la perfección el objetivo de las fake news: “Una mentira repetida mil veces se convierte en verdad”. En nuestro país esta nueva expresión se ve en diversos niveles, algunos muy desprevenidos la usan para hacer bromas, otros más sistemáticos utilizan planes elaborados, creando perfiles falsos, con apariencia de portales noticiosos, nombres sugestivos o se esconden detrás de anónimos, desde donde empiezan a desarrollar estrategias que buscan desinformar o desprestigiar, aprovechando que las redes sociales otorgan la posibilidad del anonimato y una distribución masiva de la información, lo que permite que más personas incautas se conviertan en cómplices publicando información falsa sin control.
Los medios de comunicación legalmente establecidos y con amplio reconocimiento ciudadano tienen el enorme reto, en el afán de la chiva, de ajustarse a las normas que protegen a los ciudadanos, de ser responsables en tratándose de defender la verdad, la honra y bienes de las personas, de las instituciones y en no dejar avanzar esta nueva “forma de lucha”, que hace daño a toda la sociedad. He visto hombres y mujeres destrozados y destrozadas por la violación de su intimidad, otros por que han destruido sus familias o están inmiscuidos en inconvenientes jurídicos, que deben resolver en medio de la inocencia de sus actos.
Urge legislar sobre la utilización de las redes sociales, para defender la verdad y la integridad de las personas, para no seguir teniendo homicidas de la moral, la legalidad y la verdad, escondidos cobardemente en anónimos, necesitamos una prensa libre, que luche contra la mentira con la verdad, necesitamos usar la virtualidad para construir y no para destruir.

Opinión

¿Por qué los perros viven menos que las personas?

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Una familia que vivía feliz, atribuía 13 años de alegrías a su mascota, una labrador a la que solo le faltaba hablar.

La mascota con más de una década de compañía en esta familia, era consentida y amada por propios y extraños que solían llegar de visita a esta casa.

Un día Batuta, como era el nombre de la mascota, enfermó y ya no era la misma que alegraba con sus juegos, sus ladridos o con el solo movimiento de su cola.

Fue tanta la preocupación y la tristeza de todos en casa, que determinaron llevarla al médico de animales para que le hiciera minuciosos chequeos.

Al llegar al hospital canino, la familia estaba sumida en un hondo silencio a causa de la preocupación, todos solo esperaban un milagro, pues habían notado que Batuta cada vez estaba más decaída y triste.

Luego de una prolongada espera, aparece el veterinario y les dice:

– “Examiné a Batuta y debo confesarles que su situación es delicada, su mascota está sufriendo de cáncer y no se puede hacer nada…”

Unos minutos después, el médico de animales autoriza el ingreso de toda la familia a la sala donde descansa Batuta.

Ésta al verlos mueve la cola como diciéndoles les agradezco su preocupación,

El niño Pedro parecía tan tranquilo, acariciando al animal por última vez, y con sus mejillas bañadas de lágrimas, alzo su carita y le preguntó al veterinario:

– “¿Doctor, Batuta entiende lo que está pasando?

No hubo respuesta de parte del médico, fue entonces cuando la cabeza de Batuta se tornó más pesada entre las pequeñas manos de Pedrito, quien la sostenía, y Batuta cayó pacíficamente en un profundo sueño del que no despertó nunca más.

El niño, aunque lloroso, parecía aceptar la realidad sin dificultad.

Y fue cuando un interrogante de la mamá de Pedrito irrumpió el silencio:

– ¿Por qué la vida de los perros es más corta que la de los seres humanos?

– ′′Yo sé por qué». Aseguró el niño…

Y con seguridad en sus palabras dijo:

– «La gente viene al mundo para aprender a vivir una buena vida, como amar a los demás todo el tiempo y ser buenas personas, pero los perros ya nacen sabiendo hacer todo esto, no tienen que vivir por tanto tiempo como nosotros. ¿Entienden?”.

Moraleja…

Si un perro fuera tu maestro, aprenderías cosas como estas:

* Cuando tus seres queridos lleguen a casa, siempre corre para saludarlos.

* Nunca dejes pasar la oportunidad para salir a pasear.

* Permite que la experiencia del aire fresco y del viento en tu cara sea de puro éxtasis

* Toma siestas, descansa.

* Estírate bien antes de levantarte.

* Corre, salta y juega diariamente.

* Evita ′′morder′′ cuando con solo un gruñido sería suficiente.

* En un clima muy caliente, bebe mucha agua y acuéstate bajo la sombra de un árbol frondoso.

* Cuando estés feliz, baila moviendo todo tu cuerpo.

* Disfruta de las cosas simples y de una larga caminata.

* Sé fiel.

* Nunca pretendas ser algo que no eres. Se auténtico.

* Si lo que quieres, está ′′enterrado», búscalo, persiste hasta encontrarlo.

* Y nunca olvides: Cuando alguien esté teniendo un mal día, quédate en silencio, siéntate cerca y suavemente hazlo sentir que estás allí.

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Opinión

SALARIO MÍNIMO

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Jaime Honorio González / columnista invitado

(Replicado con autorización – 2palabras.co)

¿Sabe cuánto es el salario mínimo exactamente?

No vaya a google. Cierre los ojos y acuérdese de la cifra. Independientemente de si acierta o no, es bueno que sepa que casi 11 millones de colombianos ganan mensualmente esa plata o menos. Y con eso mantienen a sus familias.

La pelea no es contra los ricos. Es más, creería que todos le apuntamos a un día serlo. La pelea es contra esta desigualdad que cada vez se nota más, a cada momento se manifiesta, todos los días se evidencia, en las esquinas, en las aceras, en las afueras, bajo los puentes, en los semáforos, en los paraderos, en las ciudades, en los campos, en las playas. Y en muchas casas.

A todos nos falta algo, todos siempre queremos un poquito más, pero en demasiados hogares en Colombia hay hambre, no hay 3 comidas, a veces ni una. Y eso que el hambre, a veces, suele ser el menor de los problemas. Pero, bueno, no nos desviemos.

Hagamos cuentas: un salario mínimo son $877.803 más 102.854 de subsidio de transporte, son 980.657 pesos para el mes. En la negociación, los representantes de los trabajadores arrancarán pidiendo un millón de sueldo y 120 mil de subsidio de transporte, un aumento integral cercano al 14 por ciento. No hay la menor posibilidad de que eso pase.

Algunos analistas económicos hablan de prudencia, de responsabilidad, y entonces proponen un aumento del 2 o el 3 por ciento, máximo. O sea, como 30 mil pesos mensuales, como mil pesos diarios. Un aumento de mil pesos diarios. País miserable.

A esa mesa de concertación va el ministro de Trabajo, el representante de los empresarios y los jefes de los sindicatos, todos tan llenos de buenas intenciones, impregnados del espíritu navideño que los lleva a soñar con un mejor porvenir, con un próspero 2021, hasta que los va cogiendo el fin de año y la realidad los aterriza de un solo golpe: o aceptan lo que el Gobierno dice o se fija por decreto. Y listo.

En el más evidente Gobierno de los empresarios, la contraparte en esa mesa serán los sindicatos, tan necesarios para esta democracia pero tan ausentes de la vida nacional, débiles, automarginados, presentes en los paros y desintonizados de la realidad, no la de ellos sino la de todos, tan obsoletos que solo aparecen el 1º de mayo en la misma marcha de siempre, blandiendo las mismas pancartas de siempre, pintando las mismas consignas de siempre; ah, y en diciembre a negociar un salario que ni ellos se ganan. Porque los jefes de los sindicatos ganan mucho más del mínimo.

Así que mejor no nos fijemos grandes expectativas. Los pobres estarán más pobres y Colombia seguirá andando rapidito la autopista de la desigualdad, cada vez mayor. Miren esta cifra, que no es poca cosa ni es cosa de hoy: hace 5 años, el 10 por ciento de la población colombiana se quedaba con el 45 por ciento de los ingresos de todo el país. El asunto ha venido mejorando, para ese 10 por ciento, debo aclararlo, porque a finales del año pasado ya se quedaba con casi el 50 por ciento. Es decir, la mitad de los ingresos de todo un país (World Inequality Database). Hay peores en este subcontinente, pero que ese no sea el consuelo o vamos a terminar al nivel de Haití.

O de Venezuela, de donde siguen llegando paisanos. Este país bien pobre y recibiendo más pobres que nosotros, el tuerto guiando al ciego, o un ciego llevando a otro, quién sabe.

En medio de estas pobrezas, Colombia ha permitido la entrada de millones de pobres, casi desposeídos que huyen de Maduro (que ya está podrido) buscando algo de comer, aunque sea una oportunidad, un lugar medio seguro, uno donde aspirar o -al menos- donde guardar una esperanza.

Alguien comentaba sobre la cantidad de robos y asaltos protagonizada por venezolanos y la respuesta de algún desprevenido fue: se vinieron porque allá ni siquiera había a quién robar. Nada que agregar.

Llegaron al país donde los bancos ganaron en pandemia 4,6 billones de pesos. Me parece bien que los bancos ganen pero siempre es que estamos un poco desiguales. Miren Ustedes, en esta época -donde todos pidieron solidaridad y muchos fueron solidarios- la banca nacional apoyó la situación con plazos, no más. Solo plazos, a nadie le condonaron un peso de intereses o de capital de alguna deuda o de un sobregiro o de una cuota, no señor. Ni un solo peso. ¿Plazo? Sí, claro, por pandemia no lo vamos a llamar a cobrarle pero ahí le vamos acumulando.

Sí, yo sé que nadie tiene por qué regalar su plata si no quiere pero pues como estábamos hablando de solidaridad y esas cosas, pues de pronto, ¿no?

No señor, 4,6 billones de pesos de ganancias. No está mal para este país de pobres.

Somos pobres del bolsillo, pero también -muchas veces- de mente. Lavamos nuestras culpas con unas cuantas monedas en cada semáforo y hemos caído en esa nueva solidaridad del click, esa ayudadera sólo a lo que va por tuiter o por facebook, esa solidaridad virtual que nos envuelve cada vez que buscamos un mejor país en las redes y terminamos encontrando una cloaca o un muro de la infamia.

No es que seamos los más fríos o los más indiferentes o los más insolidarios. No. Todos tratamos de ser mejores personas. Pero es que tampoco nos ayudamos.

Hace unos días, unos genios financieros propusieron rebajar el salario mínimo. Es para reactivar la economía. Es para reducir el desempleo. Claro, todos deben ganar varios salarios mínimos al mes. Así es fácil. Es que ni pena les da.

Igual, nada cambiará. Los pobres seguirán siéndolo cada vez más en este país de estratos, ahora preocupado por el técnico de la selección. Solo falta que pongan al bolillo.

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Opinión

Un grito de desesperación

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NACIÓN | 100% Opinión. Tras la vil y humillante tortura que desencadenó en la muerte de Javier Ordoñez, un abogado girardoteño, padre de dos hijos menores de edad, quien fue vilmente agredido por dos agentes de la Policía Metropolitana de Bogotá, las expresiones de rechazo e indignación no se hicieron esperar…

 “¡Ya por favor!, ¡Ya no más, por Favor!,

Un grito de desesperación

Por: Ismael Perdomo Jr.*

“Porque sí, con nuestro dinero se pagaron los voltios que se descargaron en el cuerpo de Javier mientras suplicaba repetidamente a los uniformados que, por favor, por piedad, se detuvieran.”

Hoy amanecí, después de una semana pesada de trabajo en la universidad y una noche de poco sueño, hirviendo en colera. La ira me consumió desde dentro a la vez que mi corazón se desplomaba, como ya es de costumbre con este gobierno, al ver la noticia esta mañana del asesinato de un hombre a manos de uniformados en la noche de ayer en Bogotá. Y es que sencillamente la indignación crece y crece y el encierro reprime las ansias de gritar al cielo y llorar los muertos de mi tierra, de nuestra tierra, y me siento cada vez más impotente.

Vídeo tomado de Semana.com

En noviembre del año pasado, en el glorioso 21N, estudiantes, profesores, indígenas, obreros, trabajadoras sexuales y demás estábamos unidos en el unísono del grito de desesperación que pedía justicia, clemencia y respeto. Ahora, se hace de nuevo, tal vez incluso más necesario, que todos nos unamos para que los cimientos de la Casa de Nariño tiemblen con los brincos de les jóvenes y los tambores que anuncian el cambio que se avecina. Porque no solo fue Javier Ordoñez, también fueron los jóvenes del cañaduzal, las más de 50 masacres en lo que va del año, el asesinato de líderes y lideresas sociales y las mujeres y miembros de la comunidad trans que vilmente han sido asesinados bajo la mirada de un gobierno que ignora y continua adelante.

En los días que viene la narrativa tradicional de la derecha se reproducirá. Aún falta conocer el parte médico forense, pero, bien sea que se concluya que Javier murió por asfixia mecánica o por la excesiva descarga eléctrica, todo ello no serán más que pretextos y adornos para concluir que lo asesinaron y que el arma fue el abuso policial. Incluso si la presencia de la policía en la escena del crimen era justificable, lo que nunca va a ser justificable es querer, poniendo en tela de juicio la integridad personal de la víctima asesinada, desestimar su valor como persona y establecerlo como un cuerpo eliminable, una persona matable. “Ay, pero ¿y si estaba haciendo algo malo? Por algo lo matan a uno ¿no?” … ¡Patrañas! Lo que queda aquí en tela de juicio es la calidad institucional de la Policía y su capacidad de responder, debidamente, a las funciones para las que fue, en principio, pensada y para las que con impuestos les pagamos. Porque sí, con nuestro dinero se pagaron los voltios que se descargaron en el cuerpo de Javier mientras suplicaba repetidamente a los uniformados que, por favor, por piedad, se detuvieran.

Finalmente, tenemos que evaluar las falencias institucionales de la Policía, pero también del Esmad, del Ejercito y demás entes que concentran el poder del monopolio estatal de la fuerza. No podemos, y repito, no podemos darnos el lujo de tener instituciones fallidas, que se dejen llevar por prejuicios morales, deseos carnales, odios personales y demás. Porque cuando use uniforme se actúa en calidad de tal, no lo hace como civil y, por tanto, debe actuar diferente. Porque el asesinato de Dylan Cruz fue terrorismo de Estado. Porque este gobierno se muestra indolente frente a las duras pruebas que vive nuestro país mientras que abre nuestras arcas a empresas extranjeras porque primero va la familia. Deleznable.

*Estudiante de Ciencias Políticas Universidad de los Andes

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Opinión

Nacidos en Armero

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Por Rodrigo Ariza (armerita) / editor general

NACIÓN l 100% Historia.  La desaparición de Armero, llamada “Ciudad Blanca de Colombia” por ser el municipio mayor productor de algodón, se convierte en la tragedia natural más importante del país.

Aquella noche de aquel miércoles 13 de noviembre de 1985, mientras muchos dormían, el Volcán-Nevado del Ruiz despertaba de un sueño que según se afirma duró 100 años.

Esta avalancha de lodo, piedras, azufre, árboles, que  tomó por sorpresa a los pobladores del casco urbano, en menos de 40 minutos arrasó con uno de los municipios más prósperos de Colombia, no se ha podido precisar el número de victimas fatales ni mucho menos las perdidas materiales se han cuantificado, lo que si se puede asegurar es que más de 25 mil personas perdieron la vida por la omisión del Gobierno de Belisario Betancur Cuartas al no haber hecho caso a las advertencias de los organismos vulcanológicos que desde septiembre venían hablando de la aparición de los primeros indicios de una actividad volcánica en El Ruiz.

Y es la actividad volcánica la que produce recalentamiento al interior del volcán ocasionando el deshielo de las nieves que perpetuaban la cima del nevado, sitio donde nace el Rio Lagunilla; el deshielo incrementó el cause, el lecho del río al no poder contener las aguas se represó y ocasionó lo que 35 años después siguen lamentando los nacidos, los criados y los descendientes de armeritas.

Fueron momentos trágicos y de horror, quienes vivieron esta pesadilla no han podido olvidar la angustia de niños, jóvenes y adultos que clamaban ayuda para no morir entre el lodo aprisionados quizás por paredes, postes o por inmensas rocas. Omaira Sánchez no fue la única que ofrendo su vida sin entender lo que sucedía, también lo hicieron miles de personas que vivieron en una ciudad que tenía todo lo que necesitan los seres humanos para ser felices, y lo que no tenía seguro que llegaría con el tesón, el empuje y el amor de todos por este terruño…

El próximo mes de noviembre se conmemora el aniversario número 35 de esta tragedia, tres décadas y media y nada han hecho los gobiernos para mitigar la problemática social, laboral y económica de los más de 30 mil sobrevivientes.

En estos 35 años han pasado ocho presidentes por la Casa de Nariño: Belisario Betancur Cuartas, Virgilio Barco Vargas, César Augusto Gaviria Trujillo, Ernesto Samper Pizano, Andrés Pastrana Arango, Álvaro Uribe Vélez, Juan Manuel Santos Calderón y el actual Iván Duque Márquez, todos ellos solo han dejado salir de sus labios elocuentes discursos, promesas incumplidas y retoricas mentiras que han sumido a la región en el olvido y el subdesarrollo. No se piden limosnas, ni dadivas por votos, se espera que se dé cumplimiento a los principios legales ganados como comunidad afectada por catástrofe natural que demanda cuidados, atención y apoyo gubernamental.

Se ha hablado mucho y se ha hecho nada, no se crearon las empresas que generarían empleos, ni los préstamos para los emprendedores, ni las viviendas dignas, ni exención de impuestos, ni atención de calidad en salud, ni educación con énfasis acordes a las necesidades, ni el parque a la vida, ni los subsidios por perdida de propiedades, ni el capital semilla para los empresarios que lo perdieron todo, nada de lo hablado se ha cumplido. Y en cambio, los sobrevivientes de Armero han tenido que soportar tratamientos de quinta categoría, han sido condenados a perder sus raíces, su idiosincrasia, sus costumbres y hasta su identidad, y es que los armeritas fueron obligados a aceptar que en su documento de identidad no apareciera nacido en Armero, sino nacido en Armero Guayabal esta disposición se hizo en el año 2.000 cuando aparece el diseño del documento con hologramas.

Para los armeritas no ha cesado la horrible noche, no se han podido acostumbrar al destierro y al tener que habitar poblados donde no son bien recibidos a pesar de demostrar su casta y su verraquera, el ir por caminos andados y ocupar lugares prestados nunca lo imaginaron, menos si en sus recuerdos están vivas las imágenes de lo que se tuvo y se perdió por la negligencia de un presidente y sus subalternos inhumanos e incapaces para hacer el bien.

¿Treinta y cinco años después que piden los armeritas?

Es poco lo que se puede hacer para reparar todo el daño causado, son muchos los sobrevivientes de la tragedia que ya se han ido a mejor vida, hombres y mujeres que soñaron con regresar al terruño que los vio nacer y con sus propias manos hubieran querido levantar sus viviendas, dejando el sudor sobre sus ropas, y felices quizás tarareando la canción de Silva y Villalba “Viejo Tolima” o silbando “Señorial Armero Señorial” el himno a Armero que hiciera José Barros. Y es que los gobiernos no han entendido que esas tierras tienen dueños y aunque no todos tengan escrituras, les pertenece los valles y montañas que conforman el municipio, es por eso que han clamado que se les de el apoyo para hacer los estudios de conveniencia y factibilidad para volver a habitar su tierra, que se les acompañe para construir sus casas y se les otorgue nuevamente el título de -Nacidos en Armero- en sus documentos de identidad.

No es justo y es hasta vergonzoso que, con tantos terrenos baldíos, inutilizados y sin importancia que tiene la región tolimense, hayan escogido las tierras de Armero para construir un relleno sanitario, ¿es que acaso desconocen la realidad de estos botaderos de desperdicios?, ¿es que no saben que los rellenos sanitarios están abolidos en todo el mundo y por lo tanto se deben construir plantas de tratamiento de desperdicios sólidos?, ¿no saben que los rellenos sanitarios no crecen hacia arriba o hacia abajo sino hacia los lados y en menos de 10 años los recuerdos de quienes perdieron allí la vida van a ser tapados por las basuras de muchos municipios? 

Dios permita que el haber llegado al aniversario treinta y cinco sea el génesis para una mejor vida de quienes tienen que ver con Armero y que no siga significando el éxodo de las nuevas generaciones que van por el mundo en búsqueda de la tierra prometida, sabiendo que sus raíces están demarcadas en un terreno en el que fluyó leche y miel, la misma tierra que en el futuro puede ser un emporio turístico-religioso, empresarial y modelo de ciudad.

No son veinte, ni cien, son miles los armeritas que aún en pie, gritan que están vivos y cuerdos para luchar y reclamar que se les reconozca sus derechos y se les de el trato que les negaron por tres décadas y media; hombres y mujeres de cuatro generaciones que esperan que llegue el momento en que puedan regresar a su añorado ARMERO.

Este ha sido otro aporte para los miles de seguidores de www.canicaradio.com en el mundo, esperamos que descarguen en su celular la App de Play Store y continúen disfrutando de una excelente emisora.

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Opinión

Un aparente buen negocio puede quitarle la tranquilidad…

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Rodrigo Ariza / editor

REGIÓN l Denuncia.   Como medio de información, hoy queremos dedicar este espacio a señalar un presunto fraude que se presenta con ofertas en finca raíz en un proyecto denominado San Francisco Campestre ubicado en el corregimiento de Doima en el municipio de Piedras Tolima, donde al parecer varias personas ilusionadas por tener una propiedad campestre, invirtieron y no les han respondido.

Existen empresas que basadas en imágenes proyectadas de lo que pudiera ser un atractivo negocio, comienzan ventas sobre planos, esta vez con promesas de alta valorización, esparcimiento, seguridad, descanso y naturaleza se ofrece propiedades a quienes sueñan con vivir lejos de la ciudad; esta empresa constructora y comercializadora ha comenzado la captación de dineros a personas interesadas.

LA DENUNCIA que llega a la redacción de este medio y que hacemos pública con el único propósito -que no le pase a otros-, la hace un reconocido abogado tolimense, quien nos pide reservar su nombre para no entorpecer las investigaciones y los fines jurídicos adelantados, manifiesta el jurista haber adquirido una propiedad dentro de este proyecto y al no sentirse satisfecho por irregularidades observadas, decide no continuar con la adquisición, solicita el dinero entregado y a la fecha la comercializadora no le entrega la cantidad de 34 millones de pesos.

El abogado trató de conciliar y también ha procurado recuperar su dinero, pero las directivas de este proyecto no han sido serias y legales en el reembolso de los 34.000.000 de pesos.

“La espera ha sido larga y los plazos ya están vencidos para que ellos me entreguen lo que les di, y la situación actual me obliga a reclamar por las vías legales lo que me pertenece, sin más atenuantes ni prórrogas” enfatizó el abogado. 

Esta denuncia no es por ilegalidad en los permisos ni en los planos de construcción, ni tampoco en las licencias de ejecución de obras dentro del plan de ordenamiento del municipio de Piedras, esta denuncia es por la demora en el reembolso del dinero que le pertenece al abogado quien nos hace llegar este caso que lo perjudica, quien le entregó a las directivas del proyecto, la nada despreciable suma de 34 millones de pesos.

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LA LECCIÒN.

Los seres humanos estamos hechos de sueños, ilusiones y pensamientos de vida y progreso, soñamos siempre con ser y estar mejor, vivir de acuerdo a los preceptos que rige la cultura del consumismo, y siempre queremos tener lo mejor para nuestra familia, es por ellos y para ellos que trabajamos para lograr cristalizar esos objetivos de progreso.

EL CONSUMISMO nos ha marcado una línea bien definida: el que vende y el que compra. 

Aunque muchas veces las condiciones son otras: el que PAGA y el que APROVECHA; aquí debemos señalar, que no siempre se da que el que ofrece cumple y el que adquiere queda satisfecho.

En la mayoría de los negocios de dudoso comportamiento, el que ofrece piensa en cómo adquirir el dinero de los incautos y se llena sus arcas con el producido del que desea adquirir el bien, el producto o el servicio.

Algunas personas al interesarse por un producto o servicio y asumen la calidad de consumidores, adoptan el importante título de clientes y de inmediato quedan amparados por la leyes colombianas y cuentan con la protección de La Superintendencia de Industria y Comercio, Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, Boletín del consumidor. 

Como aporte adicional, www.canicaradio.com les sugiere tener en cuenta estas entidades para posibles inconvenientes al ejercer como consumidores o compradores:

Superintendencia Financiera. Conmutador: (571) 594 02 00 – 594 02 01

Peticiones, quejas y reclamos relacionados con el servicio financiero y asegurador. bancos, instituciones financieras, compañías de financiamiento comercial, compañías de seguros, etc.

Superintendencia de Servicios Públicos Domiciliarios. PBX: (571) 6013005

Peticiones, quejas y reclamos relacionados con los servicios públicos domiciliarios. Agua y alcantarillado, gas y energía eléctrica.

Superintendencia Nacional de Salud.         PBX: (571) 7442000

Peticiones, quejas y reclamos relacionados con los servicios de salud.

Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos INVIMA.

Línea Gratuita: 01 8000 122220

Peticiones, quejas y reclamos relacionadas con la calidad, seguridad y publicidad de medicamentos, productos biológicos, alimentos, bebidas, cosméticos, dispositivos y elementos médico quirúrgicos, odontológicos, productos naturales, homeopáticos y los generados por la biotecnología, productos de aseo, higiene y limpieza, así como los plaguicidas de uso doméstico.

Superintendencia de Puertos y Transporte.     Línea Gratuita 018000 915615

Peticiones, quejas y reclamos relacionados con los servicios de transporte público.

Ministerio de Comercio, Industria y Turismo.      PBX: (571) 4199450

Peticiones, quejas y reclamos relacionados con los servicios de turismo.

Comisión Nacional de Televisión.     PBX: (571) 7957000

PQRs relacionados con los servicios y programación de televisión.

www.canicaradio.com Informa, recrea y forma.

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