Opinión
¿Por qué los perros viven menos que las personas?
Una familia que vivía feliz, atribuía 13 años de alegrías a su mascota, una labrador a la que solo le faltaba hablar.
La mascota con más de una década de compañía en esta familia, era consentida y amada por propios y extraños que solían llegar de visita a esta casa.
Un día Batuta, como era el nombre de la mascota, enfermó y ya no era la misma que alegraba con sus juegos, sus ladridos o con el solo movimiento de su cola.
Fue tanta la preocupación y la tristeza de todos en casa, que determinaron llevarla al médico de animales para que le hiciera minuciosos chequeos.
Al llegar al hospital canino, la familia estaba sumida en un hondo silencio a causa de la preocupación, todos solo esperaban un milagro, pues habían notado que Batuta cada vez estaba más decaída y triste.
Luego de una prolongada espera, aparece el veterinario y les dice:
– “Examiné a Batuta y debo confesarles que su situación es delicada, su mascota está sufriendo de cáncer y no se puede hacer nada…”
Unos minutos después, el médico de animales autoriza el ingreso de toda la familia a la sala donde descansa Batuta.
Ésta al verlos mueve la cola como diciéndoles les agradezco su preocupación,
El niño Pedro parecía tan tranquilo, acariciando al animal por última vez, y con sus mejillas bañadas de lágrimas, alzo su carita y le preguntó al veterinario:
– “¿Doctor, Batuta entiende lo que está pasando?
No hubo respuesta de parte del médico, fue entonces cuando la cabeza de Batuta se tornó más pesada entre las pequeñas manos de Pedrito, quien la sostenía, y Batuta cayó pacíficamente en un profundo sueño del que no despertó nunca más.
El niño, aunque lloroso, parecía aceptar la realidad sin dificultad.
Y fue cuando un interrogante de la mamá de Pedrito irrumpió el silencio:
– ¿Por qué la vida de los perros es más corta que la de los seres humanos?
– ′′Yo sé por qué». Aseguró el niño…
Y con seguridad en sus palabras dijo:
– «La gente viene al mundo para aprender a vivir una buena vida, como amar a los demás todo el tiempo y ser buenas personas, pero los perros ya nacen sabiendo hacer todo esto, no tienen que vivir por tanto tiempo como nosotros. ¿Entienden?”.
Moraleja…
Si un perro fuera tu maestro, aprenderías cosas como estas:
* Cuando tus seres queridos lleguen a casa, siempre corre para saludarlos.
* Nunca dejes pasar la oportunidad para salir a pasear.
* Permite que la experiencia del aire fresco y del viento en tu cara sea de puro éxtasis
* Toma siestas, descansa.
* Estírate bien antes de levantarte.
* Corre, salta y juega diariamente.
* Evita ′′morder′′ cuando con solo un gruñido sería suficiente.
* En un clima muy caliente, bebe mucha agua y acuéstate bajo la sombra de un árbol frondoso.
* Cuando estés feliz, baila moviendo todo tu cuerpo.
* Disfruta de las cosas simples y de una larga caminata.
* Sé fiel.
* Nunca pretendas ser algo que no eres. Se auténtico.
* Si lo que quieres, está ′′enterrado», búscalo, persiste hasta encontrarlo.
* Y nunca olvides: Cuando alguien esté teniendo un mal día, quédate en silencio, siéntate cerca y suavemente hazlo sentir que estás allí.